viernes, 24 de junio de 2011

CONOCEMOS MEJOR A LOS PRIMEROS REYES DE ARAGÓN


Panteón Real del Monasterio de San Juan de la Peña.
Imagen tomada de Wikipedia, autor: José Porras (Elemaki) 
 Recientemente se ha presentado en Aragón un importantísimo estudio realizado por un equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Zaragoza, que ha permitido identificar genéticamente y estudiar exhaustivamente los restos de los primeros Reyes de Aragón que, según la tradición y la documentación histórica, se encontraban enterrados en el Monasterio de San Juan de la Peña, el Convento de las Benedictinas de Jaca y la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca. Este importante estudio, ha dado resultados espectaculares y en el mismo, dirigido por la Catedrática de Medicina Legal Begoña Martínez Jarreta, se han empleado técnicas de última generación y procedimientos de primera fila.

Miniatura en la que aparece Sancho Ramírez y Ramiro I
 
Antes de iniciar el estudio en cuestión, se tenía constancia documental de que los restos de Ramiro I, su hijo Sancho Ramírez y su nieto Pedro I se encontraban en el Monasterio de San Juan de la Peña. Por otro lado, el Convento de las Benedictinas de Jaca recogía los restos de Doña Sancha, entre otros. Finalmente, en la iglesia de San Pedro el Viejo se encontrarían los de Alfonso I y Ramiro II.

Las Benedictinas de Jaca

Tras el estudio, se ha confirmado la identificación de los restos de Ramiro I en San Juan de la Peña. Doña Sancha se encuentra efectivamente en el Convento de las Benedictinas. Ramiro II y Alfonso I tienen ya certificados sus restos en la iglesia de San Pedro el Viejo. Con respecto a Sancho Ramírez y Pedro I, por ahora no se ha podido confirmar al cien por cien su identidad, y se están realizando nuevos estudios para aclararlo.

Claustro de San Pedro el Viejo de Huesca. Imagen tomada de Wikipedia,
autor: Nota. Fuente: I look this picture
Dos notas han destacado, además, en dicho estudio. Por un lado, el hallazgo del gen de la familia real aragonesa, cuyo perfil coincide claramente con el de una persona occidental del Pirineo. También se ha averiguado algunos datos curiosos que van a aclarar el modo de vida de la familia real. Por ejemplo, se sabe que disponían de una buena dieta, tenían una buena esperanza de vida para el momento, etc. De Alfonso I se sabe que su brazo derecho estaba muscularmente muy desarrollado (seguramente como consecuencia de una vida guerrera manejando la espada). Los reyes de Aragón medían aproximadamente 1'60. La otra nota espectacular ha sido la reconstrucción del posible aspecto de la cara de Ramiro II, recreación realizada a partir de los restos óseos y a través de técnicas digitales.

Ramiro II, el Monge
Y un misterio. Begoña Martínez ha explicado que en total, se ha desarrollado el estudio sobre una población de personas enterradas que alcanza los setenta individuos. El estado de los restos no era, evidentemente, bueno, y mucho de ellos se encontraban mezclados y desordenados. Pero lo realmente intrigante es que, parece ser que hay algunos restos de fecha anterior a la primera dinastía de los reyes de Aragón. Podría tratarse de la antigua dinastía del Condado de Aragón, que se remonta a principios del siglo IX. Como curiosidad, alguno de estos individuos alcanzaba el 1'80.

Alfonso I, el Batallador

Y por último, el papel de las mujeres, muy especialmente significativo con el tratamiento de los restos de Doña Sancha, a quien dedicaré un post específico más adelante.

Cuadro de Mariano Barbasán, en el que aparece el Rey de Aragón
Pedro III en el collado de las Panizas

Por otro lado, otro Rey aragonés (Pedro III el Grande), también ha sido uno de los grandes protagonistas en un estudio realizado sobre sus restos que se guardan en el Monasterio de Santes Creus (Tarragona). De las conclusiones del mismo se ha podido saber que medía aproximademente entre 1'75 y 1'80, y que sufrió una enfermedad respiratoria. Además, como dato curioso, los restos de su pelo apuntan a la utilización de algún producto natural que servía en su tiempo para aclarar el pelo hacia una tonalidad rubia. Esto me sugiere dos ideas. La primera que los Reyes de Aragón cuidaban mucho su aspecto, circunstancia por otra parte totalmente lógica según su categoría social y dignidad. Por otra que (y esto solo es una idea personal), que tal vez el color de su pelo fuera castaño, habiendo sido rubios de niños (lo cual, de ser cierto, podría probar un origen determinado).

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