miércoles, 15 de diciembre de 2010

LA OSCURA NOCHE DEL 20 DE DICIEMBRE DE 1591

Monumento al Justiciazgo, en el Paseo de
la Independencia de Zaragoza
El 20 de diciembre de 1591 ocurrió uno de los acontecimientos históricos más oscuros para Aragón. Así es, esa mañana, aproximadamente en el mismo lugar donde hoy se ubica una placa conmemorativa en uno de los laterales del Mercado Central de Zaragoza, el ejército "extranjero" del rey Felipe II (I de Aragón, por cierto), ejecutaba al titular de la Institución más significativa de la identidad aragonesa, el Justicia de Aragón, Juan de Lanuza el Mozo. No hubo juicio previo. No hubo justicia. El rey absolutista provocaba así un golpe sin precedentes al sistema foral e institucional aragonés a través de las armas. Decapitó al Justicia, pero provocó (muy a su pesar) el nacimiento de un mito, un héroe legendario.

BREVE ALUSIÓN HISTÓRICA
Iglesia de Santa Isabel, en la Plaza del Justicia en Zaragoza
Pero, ¿qué ocurrió para desembocar en una situación tan penosa para el joven Lanuza, la Institución del Justicia y el conjunto del Reino de Aragón? Para ello, debemos remontarnos a la Corte del rey Felipe, donde un tal Antonio Pérez forma parte de su gabinete de asesores y secretarios. En el seno de la misma, se produce un asesinato (nunca aclarado) del que el rey culpa a Pérez. Éste es encarcelado, pero huye a Aragón donde se acoge al Fuero de Manifestación como aragonés que era. Por el Fuero de Manifestación, Antonio Pérez es acogido en la cárcel de los manifestados del Justicia de Aragón en Zaragoza, donde debería permanecer hasta que se celebrase un juicio. En otro post explicaré más en profundidad el Fuero de Manifestación.

El rey absolutista no ve con buenos ojos las garantías que el Fuero aragonés proporcionaba a Pérez. Pero dicho Fuero, junto al resto de normas que conformaban el Cuerpo de Fueros aragonés, fue jurado por el propio rey, obligándose a respetarlos y cumplirlos como 'conditio sine qua non' para acceder a la Corona del Reino de Aragón.

A pesar de varios intentos de presión del rey sobre el Justicia al objeto de incumplir el fuero y trasladar a Pérez a la cárcel de la Inquisición de Zaragoza (entonces sita en la Aljafería), se producen varios altercados entre la población de la ciudad (defensora de la legalidad foral) y el virrey, que tienen como resultado la muerte de éste. La sociedad aragonesa del momento, celosa de sus Fueros y normas, entiende en aquel momento que el rey debe respetar la legalidad vigente. Pero no será así.

Lejos de cumplir con su juramento, el rey entra con un enorme ejército en Aragón (lo cual constituía por sí mismo otro quebrantamiento de los Fueros de Aragón o "contrafuero") sin autorización, y entra en la ciudad de Zaragoza "a sangre y a fuego" como dicen las crónicas del momento. El joven Justicia Juan de Lanuza intenta hacer frente a la invasión de ejército "extranjero" (por dicha razón su entrada era un evidentísimo contrafuero), pero nada puede parar un ejército castellano fuertemente armado frente a la desorganización (cuando no inexistencia) de una fuerza aragonesa.

Sea como fuere, el ejército del rey entra en Zaragoza tras pasar por otras localidades aragonesas, y detiene al Justicia de Aragón (nuevo quebrantamiento de los Fueros de Aragón, que no permitían esta circunstancia si no era con el consentimiento de las Cortes). La oscuridad se instaló en la ciudad en medio de un ambiente de ocupación militar desproporcionada. Puertas cerradas, bocas calladas, y el miedo en el cuerpo entre la población civil.
Estudio sobre el proceso de manifestación

La mañana del 20 de diciembre, la ciudad aparece tomada por filas de arcabuceros y soldados del rey, dibujando un camino que comunica la cárcel en la que se encuentra preso el Justicia de Aragón, hasta un cadalso, donde se ejecutará al joven Juan de Lanuza sin posibilidad de defenderse jurídicamente. Sin juicio, sin alegaciones, y ante un abuso del rey clarísimo. La fuerza militar del rey se imponía así a la razón jurídica de los Fueros de Aragón.

A todo esto, Antonio Pérez escapó. El rey aprovechó este contexto de miedo y ocupación militar para modificar el sistema institucional y foral aragonés a su conveniencia en las Cortes de Tarazona de 1592.

EL TEMA DE FONDO
El quebrantamiento del ordenamiento vigente (los Fueros de Aragón) por parte del rey a través de la fuerza armada y el consiguiente recorte de libertades y garantías en el Reino de Aragón, fue algo más que un enfrentamiento armado o un exceso autoritario del monarca. Lo que realmente se encontraba detrás eran dos formas de entender el gobierno: una de ellas totalmente absolutista (la disfrutada por el rey en Castilla) y otra más paccionada (la establecida por la Foralidad Aragonesa). Evidentemente, para un monarca absolutista la forma de gobernar en un sitio u otro no era la misma, y de hecho en el Reino de Aragón, el sistema pactista le ofrecía una mayor posibilidad de actuar prácticamente a sus anchas. Y así era. Sin poner en duda la autoridad del rey y sus amplios poderes también en Aragón, lo cierto es que el condicionamiento jurídico e institucional en nuestro reino era mucho mayor.
Buen ejemplo de ello es el hecho de los contrafueros reiterados del propio rey, saltándose uno tras otro diversos Fueros que él mismo había jurado respetar en su acceso a la titularidad del Reino de Aragón. Esta situación volverá a repetirse en la historia algún siglo después.

Placa sita en el Mercado Central de Zaragoza, donde fue
ejecutado Juan de Lanuza el Mozo
EL ENSAÑAMIENTO
El ataque al sistema foral aragonés supuso en su día también un ataque directo a la identidad aragonesa. Fue claramente ilegítimo e injusto para Aragón y para el joven Lanuza. Juan de Lanuza cumplió finalmente su papel de defensor de los Fueros y pagó con su vida por ello. Esa es la conclusión final, aunque lógicamente el desarrollo de los hechos conocería de muchos momentos de dudas, de falta de apoyos por parte de otros temerosos de la ira del rey, de la contradicción entre esta situación y el deber de respetar y hacer respetar la normativa aragonesa vigente, todo ello para una persona que con algo más de veinte años acababa de acceder al cargo de Justicia tras la muerte de su padre. En definitiva, multitud de temas sobre los que podríamos hablar tanto y tanto.

El ensañamiento del rey fue grande, y claramente desproporcionado. El propio ejército enviado contra Aragón, el prendimiento del Justicia, su ejecución pública sin juicio previo, los soldados en las calles, etc. Pero también el destierro para otros muchos, la demolición de todas las casas de los Lanuza y la siembra con sal de sus campos. Tal era el enojo que el rey demostró contra Aragón en la persona de su Justicia. Tal vez el monarca nunca llegara a entender la gravedad de todo lo que estaba haciendo.


EL 20 DE DICIEMBRE
Por dichas razones, el 20 de diciembre es una fecha muy importante para los aragoneses, seguramente a la misma altura que el propio 23 de abril. Una fecha que hoy no se considera festiva, si bien tal vez se podría reconsiderar, pues no en vano es la jornada en la que nuestro Justicia perdió la vida por una causa justa: defender la identidad aragonesa, defender los Fueros de Aragón.

2 comentarios:

  1. Sergio, enhorabuena por este nuevo blog, que promete ser muy interesante. Muy buena esta entrada. Por cierto, ¿has leído la novela "Justicia" de Marisa Azuara? Es la única recreación novelada del episodio que he leído, además desde una perspectiva muy fuerista y aragonesa. Además, está repleta da notas al pie de página con nombres y datos adicionales. Más que la trama de la novela en sí, me gustó sobre todo la ambientación de la Zaragoza de 1591 y lo que debieron suponer esos hechos.
    saludos,

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  2. Hola Juan Pablo!
    Gracias por tus palabras. Espero que te pases periódicamente por este blog y nos honres con tus valiosas opiniones!!
    La novela de Marisa Azuara la leí hace algún tiempo, y también me pareció muy interesante. Tienes razón en lo que dices, está muy bien documentada y ofrece perfiles estupendos a través de notas de detalle. Yo también se la recomiendo a todo el mundo.
    Un gran abrazo!

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